Canadá, de Richard Ford


Si nos dejamos llevar por la ley tácita de que las primeras líneas de un libro ya nos indican la grandeza de éste, con Canadá, de Richard Ford, no tenemos más que caer rendidos justo al abrirlo.

“Primero contaré lo del atraco que cometieron nuestros padres. Y luego lo de los asesinatos, que vinieron después. El atraco es la parte más importante, ya que nos puso a mi hermana y a mí en las sendas que acabarían tomando nuestras vidas. Nada tendría sentido si no se contase esto antes que nada.”

Con esta cadencia y belleza constructiva, inicia Ford el relato de dos hermanos adolescentes, víctimas de sus propios padres, que cometen un atraco y son encarcelados por ello. Pese al título, la historia –su primera parte– se desarrolla en Norteamérica, en los años 60, en la casa de una atípica familia, donde los padres son conscientes del error de su matrimonio, y los dos hermanos gemelos, Dell y Berner, permanecen ajenos al plan que sus progenitores han elegido para cambiar el rumbo de sus vidas. Aunque el fracaso queda patente desde las primeras líneas, como se ha señalado anteriormente, no por ello deja el relato de mantener en vilo el orden de los acontecimientos. Con una primera parte magnífica, donde la descripción de los paisajes y las situaciones tienen el perfecto parangón en las reflexiones de un adolescente de trece años, Ford se lanza en una literatura directa, sin intenciones de redención, pero cargada de esa esperanza que siempre transita en el camino de los inocentes, como es el caso de nuestro protagonista.

La segunda parte narra cómo cada hermano, una vez encarcelados los padres, deciden iniciar una nueva vida, esta vez en Canadá. Hay un tránsito literario entre una parte y otra, donde puede apreciarse el dolor y el miedo que permanece en el protagonista, ya que las descripciones se llenan de páramos, soledades y distancias, y el afán de Dell de explicarse el mundo queda reducido a un nivel de supervivencia tanto física como mental. 

Con una tercera parte muy breve, Ford acaba el libro desde la madurez del que sabe contarse su vida sin dobleces, habiendo recorrido ya los caminos de vuelta. Con unas líneas finales magistrales, cerrando el círculo perfecto con el que abrió su obra, Canadá es la obra clave desde la que contemplar el mundo después con más belleza y plenitud.

Publicado por Charo Bejarano   


3 comentarios:

  1. Del mismo autor recomiendo muchísimo la trilogía de Frank Bascombe que empieza con "El periodista deportivo". Ford es sin duda un grande de la literatura americana.

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  2. DANIEL DILLA QUINTERO27 de mayo de 2014, 14:57

    Una muy buena reseña y recomendación. De Richard Ford yo os aconsejo, pero en el fondo me gustaría decir yo os obligo, su Granta Book. Dos volúmenes donde recopila los mejores relatos cortos americanos de los últimos cincuenta años. Imaginaos la calidad de una selección hecha por Richard Ford sobre los mejores novelistas mundiales (casi todos americanos) del último siglo: Bowles, Cheever, Updike, etc. Es un libro donde cada cuento es memorable y que, cómo no, está sin traducir al español.

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  3. Gracias. Realmente, Ford es muy grande. Una lectura recomendada siempre.

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