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Dies irae, de César Pérez Gellida


Día de la ira, aquel día 
en que los siglos se reduzcan a cenizas; 
como testigos el rey David y la Sibila. 

¡Cuánto terror habrá en el futuro
cuando el juez haya de venir 
a juzgar todo estrictamente! 

Fragmento de Dies irae, himno latino del siglo XIII atribuido al franciscano Tomás de Celano.

Tras Memento Mori, Pérez Gellida se embarca en la segunda parte de la trilogía Versos, canciones y trocitos de carne. Dies irae se mantiene fiel a la marca de la casa y se desarrolla extensamente a lo largo de treinta y tres capítulos precedidos de un prólogo firmado por Jon Sistiaga simplemente imprescindible, tampoco faltan en esta segunda entrega los estremecedores poemas que el asesino brinda a un mundo que supone pendiente de su genio, la música que se entreteje llenando en ocasiones lo que el texto no precisa, las frases en latín, los refranes o la utilización de títulos de canciones para los capítulos, en este caso de Vetusta Morla (aunque Bunbury siempre anda cerca).

Pero no es una simple continuación de las atrocidades de Augusto Ledesma, trasladado a Trieste tras las sentimentales huellas de Joyce, y su alter ego el inspector Ramiro Sancho, obsesionado con capturarle, ni se agota en la intrincada historia de Armando Lopategui, «Carapocha», que recorre ahora las calles de Belgrado junto a su hija Erika tratando de zanjar cuentas con un pasado que les impide afrontar el futuro. Es a través de los recuerdos de Carapocha como el autor introduce el otro gran tema de la novela, la cercana, olvidada y quizás nunca suficientemente comprendida Guerra de los Balcanes junto a alguno de sus menos honorables protagonistas, como Ratko Mladi, sin que por ello la historia principal se resienta. 

Jugando con los narradores -Augusto ha crecido hasta ganarse el derecho de contarse en primera persona- y los saltos temporales, César Pérez Gellida profundiza en la psicología de los personajes y desvela parte de las relaciones que explican quiénes son y cómo se comportan entre ellos.

El ritmo de la narración se mantiene ágil e incluso se acelera de la mano de una acción que si bien no es trepidante mantiene ese estilo cinematográfico que sorprendía tan gratamente en su primera entrega, con descripciones precisas de un entorno sigue siendo un secundario de lujo y amplios diálogos que dejan poco espacio a la elucubración. La nómina de personajes sufre algunos cambios, desdibujándose aquellos que quedan en Valladolid, cobrando cuerpo los solo esbozados en Memento Mori, como Erica, e incorporando a quienes el viaje nos trae, como la inspectora italiana Gracia Galo.

A pesar de las limitaciones de una novela a mitad de camino entre el principio y el fin, Dies irae supera con creces el riesgo de convertirse en una especie de relleno o una colección de anécdotas, la historia principal crece en ella de modo sustancial y a pesar de que sabes que no esconde la respuesta última, no defrauda en ningún momento.

A mi modesto entender el autor va camino de ser un grande, sin necesidad de ser noruego.

Publicado por Pilar Vaquero   

Los cuerpos extraños, de Lorenzo Silva


Mientras pasa el fin de semana en familia, el brigada Bevilacqua recibe el aviso de que el cadáver de la alcaldesa de una localidad levantina, cuya desaparición había sido previamente denunciada por el marido, ha sido hallado por unos turistas en la playa. Para cuando Bevilacqua y su equipo llegan y se hacen cargo de la investigación, el juez ya ha levantado el cadáver, las primeras disposiciones están tomadas y se está preparando el funeral.

El lugar es un avispero en el que se desatan todo tipo de rumores sobre la víctima, una joven promesa que venía a romper con los modos y corruptelas de los viejos mandarines del partido y que apostaba por renovar el modo de hacer política. Además, el descubrimiento de su agitada vida sexual, que puede calificarse de todo menos insípida, arroja sobre el caso una luz perturbadora. 

Pero no hay mucho tiempo para indagar y en esta ocasión Bevilacqua y Chamorro deben apresurar una hipótesis en un fuego de intereses cruzados, en el que la causa de la joven política es también la causa de la integridad personal, de la que el país entero parece haberse apeado.

La séptima entrega de la saga Bevilacqua-Chamorro se mantiene fiel a las anteriores, aunque, en mi opinión, con algunas particularidades. La primera de todas es la velocidad de la historia. A mí me ha parecido demasiado rápida (aunque, en teoría, esa velocidad en la investigación formaba parte del argumento), por lo que, personalmente, el libro me ha sabido a poco. Que me lo he leído en un suspiro, vamos, y que me hubiese gustado quedarme un poco más allí. Sobre todo porque me ha dado la sensación de que, a pesar de ser un escritor consagrado desde hace tiempo y tener un estilo particular bastante asentado, he notado una seguridad en la escritura de Lorenzo Silva que me ha encantado. Siempre usa frases algo enrevesadas, cuya compresión exige concentración máxima por parte del lector, y los diálogos son cuanto menos curiosos (muy castizos y con un punto complejo, artificioso), pero de alguna manera consigue dotarlos de tal naturalidad, que te dan ganas de que todo el mundo hable así. Todos los personajes ironizan constantemente y hablan con segundas y, aun así, al lector le acaba pareciendo de lo más normal. Impresionante. Además, esta vez nos ha dejado asomarnos un poco más de lo habitual a las vidas personales de los personajes (la relación de Vila con su hijo, la relación que tiene con la jueza, los asuntos privados de Chamorro), mostrándonos facetas suyas que nos los hacen más cercanos.

Una gozada de novela, como siempre. El único fallo, por buscarle alguno, es que se hace demasiado corta.


     FÁTIMA CASASECA
                                                               

Todo oscuro, sin estrellas, de Stephen King


Siento devoción por el maestro del terror. Y con esta colección de cuatro relatos cortos publicados en 2010 ha hecho que esa devoción crezca. En estas cuatro sombrías historias, Stephen King nos acerca al tema de la retribución, una justicia que provoca que los personajes que la reparten nos dejen un regusto sombrío y aterrador en el paladar.

La primera historia, 1922, comienza como una confesión. El personaje principal, Wilfred, nos narra cómo mató a su esposa y las consecuencias que sufrió en el karma a causa de ello. Su hijo, la novia de su hijo, él mismo… todos reciben (o fuerzan) un castigo debido a la culpabilidad que llegan a sentir. Para mí es una de las historias más psicológicas y oscuras que he encontrado en esta colección.  

La segunda, Camionero Grande, provocó en mí el mismo grado de angustia y satisfacción a lo largo de la narración. Trata sobre una escritora de éxito que acude a un pueblecito de Massachusetts a dar una conferencia y en su vuelta a casa sufre una violación. No quiero desvelaros más detalles sobre esta historia, pero resulta altamente perturbadora la sensación de alivio que te deja al final.

La tercera, Una Extensión Justa, nos acerca a la supervivencia pura y dura del ser humano. Su protagonista, Dave Streeter, hace un trato con un comerciante que le ofrece lo que más desea: vivir. Ese trato no es gratis: en el cosmos tiene que haber equilibrio. Si él vive, alguien tiene que sufrir. ¿A quién elige? Eso ya os dejo que lo descubráis vosotros. 

Finalmente, la cuarta historia, Un Buen Matrimonio, se adentra en la mente de una esposa que descubre algo muy negro en el pasado y presente de su marido. ¿Hasta qué punto conocemos a la gente que queremos? ¿Hasta qué punto podemos aceptar sus “defectos” y “secretos”? ¿Qué somos capaces de hacer y soportar por amor?

Como siempre, Stephen King consigue adentrarnos en las historias con el perfecto dominio de las pausas, el ritmo y los golpes de efecto que te dejan boquiabierta, sin saber si asustarte o no, y sin saber qué pensar. Creo que es una novela perturbadora que nos adentra en la mente humana más sombría y oscura. Stephen King en pleno. 

Leedlo y contadme si os ha gustado.

Publicado por Ana Gigante   

La pena máxima, de Santiago Roncagliolo


La acción transcurre en un periodo de dos semanas, aproximadamente, mientras dura el Campeonato Mundial de fútbol de Argentina (1978). Félix Chacaltana (el protagonista de la obra Abril rojo, del mismo autor, Premio Alfaguara de Novela, 2006) trabaja en el archivo del Poder Judicial de Lima, capital de Perú, y es asistente de archivo. Félix, un hombre meticuloso en el desempeño de su trabajo, pero con dificultades para afrontar determinadas tareas relacionadas con el amor y las relaciones familiares, es el protagonista del libro. A lo largo de la historia, veremos cómo experimenta cambios notables. A medida que aumenta su protagonismo, aumenta también su dominio de las situaciones que le toca vivir; totalmente inesperadas para él, y muy lejos del trabajo rutinario y burocratizado del archivo.

Joaquín Calvo, profesor de universidad y amigo de Félix, aparece muerto. Y ahí comienza su viaje investigador intentando averiguar quién había matado a su amigo. En ese periplo irán apareciendo otras personas: la amante de Joaquín, Susana Aranda, esposa a su vez del almirante Héctor Carmona, quien requerirá los servicios de Félix para despejar algunas incógnitas o clarificar algunas informaciones. Conocerá al padre de Joaquín, un español llamado Gonzalo y otro español-argentino: quien bajo el sobrenombre de Mendoza, escondía su apellido Miralles. Conoceremos a la dominante madre de Félix y a su novia Cecilia, así como la relación singular que mantiene con aquélla y con ésta.

Los capítulos del libro –lo señalo como curiosidad- llevan por título los enfrentamientos deportivos de la selección peruana, en aquel mundial. El primero se titula “Perú-Escocia” y el penúltimo, “Perú-Argentina” (los aficionados de más de cuarenta años, recordarán aquel partido que acabó con la victoria argentina, por 6 goles a 0 y su pase a la final con Holanda…) Al hilo de lo dicho, uno de los protagonistas del libro dice en un momento: “Este país es incapaz de organizarse para nada útil, pero frente a un partido de fútbol, actúa con la disciplina de un ejército”.

En los años setenta del pasado siglo, los países del cono sur de América del Sur estaban comprometidos entre ellos en la “Operación Cóndor”, con la que pretendieron desarticular las alternativas políticas de izquierdas, usando la violencia sin límites y persiguiendo a sus militantes sin reparar en fronteras. Tiempos terribles, de detenciones masivas, torturas brutales y desapariciones. El viaje de Félix a Argentina y el “paseo” por las instalaciones de la Escuela Mecánica de la Armada (la tristemente recordada ESMA) ilustran un poco sobre todo lo anterior. Esta reflexión, ya para terminar, también es ilustrativa de lo que fueron aquellos lugares de detención y desaparición que mutilaron tantas familias y buena parte del futuro: “Chacaltana pensó que, al fin y al cabo, todas las ciudades están pobladas de fantasmas. Personas que ya están muertas recorren las calles de Lima o Buenos Aires, dejando pedacitos de su recuerdo colgados de las esquinas, dejando memorias que se van descascarando, como las fachadas, hasta terminar de desaparecer…”.

La novela se lee con interés y tiene una construcción que se entiende sin problemas. Los personajes van apareciendo a lo largo del libro, a veces, sin saber muy bien por qué; finalmente todos van a confluir y a relacionarse; en algunos casos de una manera sorprendente…

Publicado por Mariano Coronas   

Memento mori, de César Pérez Gellida


"El vaho no le permite ver con nitidez a través de la bolsa a pesar de ser transparente. El calor y la humedad se manifiestan en forma de sudor que nace en la frente y discurre por la cara en varios afluentes para terminar desembocando en el calcetín que tiene metido en la boca, hasta la campanilla. Hace ya tiempo que a Mercedes no le queda fuerza física ni psíquica como para pensar en que va a poder liberarse de la silla de madera en la que está sentada."

Así comienza el primer volumen de la trilogía Versos, canciones y trocitos de carne del autor vallisoletano César Pérez Gellida, que he leído casi sin respirar estas vacaciones de verano. Os pongo en antecedentes, cada año cuando preparo la lectura para las vacaciones trato de incluir obras en castellano para recuperar el placer de paladear palabras, giros y pequeños matices que se pierden con las traducciones y suelo preguntarle a una amiga, profesora de Lengua, que tiene poco rato para leer y menos paciencia que yo para seguir adelante con libro que no le aporte mucho.

La recomendación de este año fue Memento mori, ópera prima de un director de marketing capaz de abandonar un buen empleo para escribir una novela negra que transcurre en Valladolid, sin duda una más que curiosa tarjeta de presentación.

Y tras casi seiscientas páginas, puedo afirmar que César Pérez Gellida  no tiene nada que envidiar a Mankell o Larsson, su novela es sólida, absorbente, ágil, cinematográfica y sorprendentemente creíble. Además la adornan varias peculiaridades; cuenta con un prólogo a la antigua usanza, éste escrito por un arrebatado Michael Robinson, que te despierta el hambre, una gran banda sonora y está trufada de expresiones latinas, refranes y versos en los que perderse.

El punto de partida es el macabro asesinato en Valladolid de una joven cuyo cadáver aparece mutilado. En este momento dos realidades, personajes y objetivos entran en conflicto ante la sorprendida mirada de una ciudad nada acostumbrada a este tipo de sucesos.

Antes de comenzar la novela una reseña de personajes nos revela que Augusto Ledesma es además de diseñador gráfico y experto en documentoscopia, un asesino en serie, algo más tendremos que esperar para conocerle a él, si esto es posible más allá de su música y sus actos.

Así no se trata de descubrir al culpable sino de saber cómo y cuándo será detenido, ésta es la misión, en la que quedará atrapado Ramiro Sancho, el inspector de policía, inteligente, formado y sobre todo extraordinariamente tenaz. Entre ambos o quizás funcionando como un puente encontraremos a Carapocha, un psicólogo criminalista, experto en asesinos en serie.

El autor combina con habilidad y aparente facilidad nítidas descripciones a cargo de un narrador objetivo (los vecinos de Valladolid recorrerán con facilidad sus calles) con fluidos diálogos y escenas de acción, del mismo modo en que la literatura, la música, las redes sociales, el rugby, el miedo y la miseria son tejidos para crear el trasfondo de una trama que te atrapa un poco más en cada página.

Como cierre, una recomendación; si disfrutas leyendo con música, aprovecha el detalle del autor de recoger ordenada la banda sonora y crea tu lista de reproducción, Bunbury (cuyos temas dan titulo a los capítulos) que convive con normalidad Mozart o Love of Lesbian te contarán mucho sobre Augusto.

Publicado por Pilar Vaquero   

Drácula, de Bram Stoker


Distinguido amigo: 
Bienvenido a los Cárpatos. Le espero con impaciencia. Descanse esta noche. Mañana a las tres saldrá la diligencia para Bukovina; he reservado una plaza en ella para usted. Mi coche le estará esperando en el desfiladero de Borgo para traerle hasta aquí. Confío en que haya tenido un feliz viaje desde Londres, y que disfrute durante su estancia en mi hermoso país. 
Su amigo, 
Drácula.

Así le da la bienvenida Drácula a Jonathan Harker a su castillo, viaje que Jonathan ha realizado para tratar unas ventas con el conde. Lo que no sabe es que ha hecho el peor viaje de su vida y que saldrá de allí marcado para siempre.

Jonathan se encontrará con un conde algo raro y dispar: no se refleja en los espejos, nunca come con él, hace vida nocturna... y por si esto fuera poco, en el castillo también viven tres damas que una noche le intentan seducir para chuparle la sangre, fin que no consiguen porque el conde entra de repente en la habitación y les da a las vampiresas un niño.
Jonathan será recluido y apresado en el castillo del que escapará mientras el conde viaja a Londres para hacer vida allí y conseguir sangre fresca con la que alimentarse.
La prometida de Jonathan, Mina, viajará a Transilvania para atenderle y curarle de todo lo vivido en ese maldito castillo. Cuando éste se recupera, irán a Londres para acabar con el conde, que escapará de nuevo a su tierra para encontrar finalmente la muerte a manos de sus perseguidores.

Novela publicada por el irlandés Bram Stoker en 1897. Drácula se convirtió en el vampiro más famoso de la historia, del que se han publicado novelas y realizado películas hasta la saciedad. Drácula nos ha proporcionado noches en vela esperando su entrada por una ventana.

Llevada al cine por Francis Ford Coppola y magistralmente interpretada por Gary Oldman, Winona Ryder y un joven Keanu Reeves.

Un clásico que merece la pena leer y tener, aunque, ¿quién no ha visto o leído algo de Drácula?

Publicado por David   

El peligro de llamarse Nerea, de Elisa Cotarelo


Cuando comencé la novela, creí que tenía entre manos una novela juvenil que poco podría sorprenderme. Nada más lejos de la realidad. El peligro de llamarse Nerea, no es una historia juvenil al uso, sino que entraña algo más, ya que progresivamente se convierte en una novela policíaca que consigue calar hondo y no ser sólo una historia para pasar el rato.

Nerea es una adolescente cuya vida dista mucho de ser perfecta. Los complejos y las inseguridades debidos a su aspecto físico y a la relación que tiene con sus padres, la hacen una chica introvertida con escasa vida social. De hecho, sólo cuenta con una amiga. Y será Internet el refugio de esta muchacha, concretamente una famosa red social donde “conocerá” a un chico que la comprende y la valora. A pesar de que Nerea sabe que no debe fiarse de nadie y que las apariencias engañan, deja que un desconocido entre en su vida, confía en él y le abre las puertas de su corazón. En el momento en el que deja entrar a Román en su vida, Nerea comienza a sentirse feliz, aunque no dice nada en su casa por miedo a la reacción de sus padres y tampoco es capaz de contárselo todo a su amiga, ya que ella le advierte de los peligros de las redes sociales y Nerea lo confunde con celos. Todo parecía ir bien, hasta que un viernes por la tarde Nerea no regresa a casa… De hecho, este es el verdadero inicio de la novela, el momento en el que el padre de Nerea, Fran, se da cuenta de la desaparición de su hija. Los capítulos se irán sucediendo mostrando acontecimientos pasados que nos ayudarán a entender qué ha ocurrido, para llegar finalmente a un desenlace sorprendente e inquietante. 

Está escrita de un modo muy sencillo, lo que facilita su lectura y la hace más cercana. De hecho, los personajes son de lo más realistas, ya que son un claro ejemplo de la sociedad actual: unos padres muy atareados con sus respectivos trabajos que hacen que dediquen poco tiempo a su hija; una adolescente que vive acomplejada y deseosa de ser aceptada… 

Otro de los puntos fuertes de la novela, es la parte policíaca. Y es que Elisa conoce bien los entresijos de una investigación policial, ya que durante 23 años ha trabajado en el Cuerpo Nacional de Policía. De la mano del Inspector Núñez, conoceremos a fondo cómo funciona el sistema, la problemática de la protección de datos, el tiempo que se tarda en obtener resultados de un laboratorio… y es que las cosas no son tan sencillas como las pintan en las series de televisión. Ha sido muy interesante conocer estos detalles, y la verdad es que le dan un punto diferente de la típica novela policíaca. 

Como ya he dicho, una de las cosas que más me ha llamado la atención de la novela, es su desenlace ya que aunque lo estás leyendo, no te lo acabas de creer. Sinceramente me ha parecido muy duro, pero a la vez es tan real, que hace que mientras devoras las líneas de la investigación, un escalofrío recorra todo tu cuerpo. 

En junio, Elisa Cotarelo se puso en contacto con nosotros. Nos pedía un poco de tiempo y un hueco en la web, para su novela El peligro de llamarse Nerea. Nos enlazó su blog y en cuanto leí la sinopsis, le escribí para pedirle que me lo mandara. Tras haberlo leído, tengo que agradecer que pensara en nosotros para reseñar su obra, ya que ha sido un placer. En definitiva, una buena novela negra con pinceladas de sentimientos y diversas situaciones tanto familiares como escolares, fácil de leer, y con un final que pretende abrirnos los ojos en cuanto a los peligros de las redes sociales, especialmente para los más jóvenes.

Publicado por Claudia Pina   

El juego de Ripper, de Isabel Allende


Isabel Allende vuelve a las librerías con una curiosa "novela negra", término que, según la omnipresente Wikipedia, responde a un tipo de novela policíaca en la que la resolución del misterio no es el objetivo principal y los argumentos son habitualmente muy violentos; la división entre buenos y malos de los personajes se difumina y la mayor parte de sus protagonistas son individuos derrotados y en decadencia en busca de la verdad o, cuando menos, algún atisbo de ella.

Y no seré yo quien determine si es o no una calificación oportuna, si bien en todo caso sería preciso añadir que es una novela negra al estilo Allende, ya que entre sus páginas se cuelan retazos de esa magia que la hace tan peculiar junto a toques de novela juvenil y una característica que para mí la hace especial; el uso de ese castellano de allá que suaviza incluso descripciones de estrema crudeza.

Los personajes de El juego de Ripper conforman un universo peculiar que gira, aún sin saberlo, alrededor de Amanda, maestra de un juego de rol online en el que un grupo de adolescentes juegan a resolver los crímenes de Jack el Destripador (Ripper). Junto a ella conoceremos a sus padres Indiana y Bob, a su abuelo/esbirro y a los clientes y amigos de Indiana, una mujer muy especial que se mueve entre la magia y la realidad sin apenas sentir cómo se cruzan las fronteras.

El telón de fondo es San Francisco, una ciudad de aluvión en la que caben desde las Cenicientas Atómicas, a las bandas armadas, pasando por los proyectos sociales del Glide Memorial, las carreras de resistencia, la comunidad gay o las dificultades de la crisis financiera.

La muerte percibida primero como un entretenimiento algo macabro para un grupo de jóvenes peculiares y después como el miedo atávico que es nos permite pasear por las pesadillas de un navy seal o las preocupaciones de una joven enamorada de su jefe.

De lectura algo lenta en su primera parte, donde los personajes son dibujados primero a brochazos y después con detalle puntillista, coge ritmo a medio camino donde quizás consigue el propósito de ser realmente una novela policíaca.

Isabel Allende se resiste a ser encasillada, su literatura es siempre algo más que las etiquetas a las que se quiere limitar su obra, probablemente porque escribe como lo que es; una mujer, latinoamericana en EEUU, amante de la vida, convencida de que ésta es siempre mucho más de lo que vemos y que domina el lenguaje sin artificios.

Publicado por Pilar Vaquero   

El mapa y el territorio, de Michel Houellebecq


He escuchado de todo acerca de este libro. Unos dicen que es lo mejor que ha escrito, otros, que es demasiado diferente y que ha perdido su esencia. A mí, personalmente, Houellebecq siempre me ha encantado. No sólo como novelista, sino también como personaje, articulista y pensador. Pero es verdad que, tanto Lanzarote, como La posibilidad de una isla me decepcionaron mucho y perdí el interés por sus libros. En mi opinión, se había desorientado un poco en su papel de niño terrible y autor atormentado de la literatura francesa y había empezado a abusar de esa condición.

Aún así, cuando me enteré (tarde) de que había vuelto a publicar una novela, sentí curiosidad. Al fin y al cabo, habían pasado cinco años desde la anterior -es decir, que cabía la posibilidad de que hubiese roto aquel mal bucle- y, además, había ganado el Goncourt.

Desde el principio, la historia me produjo sentimientos encontrados. Houellebecq empieza con algo tan banal como un calentador de agua estropeado en el estudio de un artista y, a partir de ahí, nos introduce en la vida de este, explicándonos su fulminante carrera de manera aséptica y desapasionada, tal como él mismo la ve. Jed Martin, el artista en cuestión, es un hombre obsesivo pero calmado, solitario pero sociable, consciente pero despegado. Algo así como el ideal de gran artista, trabajador y nada pretencioso. Resulta extravagante por su excesiva humildad y porque le resbala todo lo que no sea su trabajo.

La novela en sí se divide en tres partes. En la primera, Jed Martin se concentra en varios proyectos que le convierten, un poco por casualidad, en un artista cotizado, se enamora (a su manera) y tiene una vida más o menos normal, aunque pasa por ella un poco como de puntillas. En la segunda, el giro que da Houellebecq es espectacular, introduciéndose él mismo en la historia, que se convierte, de pronto, en una novela negra, y relegando a su artista a un papel casi secundario. Se ha dicho que esta segunda parte no tenía ningún sentido, que introducirse a sí mismo como personaje era presuntuoso y que no venía a cuento. Es verdad que cuando llegas a ella choca, parece que empieces otro libro diferente, pero la trama es buena y, al final, no desentona tanto como parece. La tercera y última parte vuelve a centrarse en Jed Martin, ahora más maduro y concentrado por completo en su obra definitiva.

No puedo decir más sin revelar la trama por completo, así que lo dejo aquí y os animo a leerlo. No es el Houellebecq de sus últimos libros -por ejemplo, no hay sexo ni miserias mugrientas- pero, definitivamente, es Houellebecq en estado puro. Más maduro, más autocrítico, más sereno y más seguro. A mí, desde luego, me ha encantado y creo que el Goncourt se lo tenía más que merecido.


     FÁTIMA CASASECA
                                                               

Relámpagos, de Dean R. Koontz


Siempre me gustó el terror y hubo una época en la que lo leí bastante. Es un género que siempre me ha parecido muy rápido, siempre y cuando el autor lo domine es el género en el que te encuentras más absorto y más metido en la historia. Pasa lo mismo con las películas de este género, si es buena vas de susto en susto y hace que estés tan metido en la historia que hasta te veas hablando con el protagonista para decirle que encienda la luz de la habitación o dónde se esconde el asesino.

El maestro, sin duda, de este género siempre ha sido Stephen King -o al menos el más comercial-, pero esta vez quiero que conozcáis a Dean R. Koontz, autor de muchísimas novelas del género, aunque no tan conocido como el primero.

Relámpagos nos cuenta cómo la vida de Laura está marcada por la aparición de Stefan, al que ella no conoce y al que ha visto en contadas ocasiones a lo largo de su vida, pero siempre en momentos cruciales y noches de tormentas que le traen a su "ángel" de la guarda personal.

Hoy Laura es una famosa escritora, casada y madre de un hijo, la vida le va genial pero ¿hubiera sido la misma de no aparecer Stefan? De hecho cuando conocemos a Laura está postrada en una silla de ruedas. Su ángel se ha encargado de que aquél accidente no se produjera, ya que Stefan está locamente enamorado de Laura y no puede consentir que su amada sufra por nada del mundo.

Aunque Laura ha visto a Stefan, al final se conocen y ella también se enamora de él, amor que les servirá para luchar juntos contra un fatal enemigo que viene a por Stefan y que causará daños colaterales muy dolorosos.

Buen libro de un escritor poco conocido, como dije al principio, para la mayoría del público. Sus novelas se han traducido a diversos idiomas pero no ha obtenido el reconocimiento que han podido tener otros o no ha sido tan comercial a pesar de que algunos de sus libros se llevaron al cine y a la televisión.

No quiero dejar pasar esta oportunidad para lamentar desde esta tribuna la desaparición, hace unos días, de Gabriel García Márquez. Lástima que personas que nos hacen disfrutar tanto a lo largo de innumerables páginas desaparezcan.

Publicado por David Leal   

A cada cual lo suyo, de Leonardo Sciascia


- ¿Y de Sciascia? ¿Has leído algo? - preguntó Pilar -. Seguro que te va gustar, tienes que leerlo y comentarlo en el blog ese "tuyo"

- No. No he leído nada de "Eschacha"? - no tenía ni idea de quién era ese autor, pero ya me picaba la curiosidad por saberlo - Y el blog no es solo...

- Ya, ya. Si, El Buscalibros.. ¿No? - interrumpió Pilar

- Exactamente -. Respondí plácido, como después de haber oído un cumplido. - Pues hecho, me lo leo y lo comento en el blog, y te lo dedico si es necesario-.

A los pocos días, Pilar cumplió su parte del trato y me prestó A cada cual lo suyo, una de las obras más señaladas de Leonardo Sciascia. El ejemplar que ella me prestó es de estos que se nota que han trotado por el Mundo, con alguna mancha de café en la cubierta, anotaciones entre capítulo y capítulo, algún pico doblado... heridas de guerra, de las que hacen sentir que los libros están vivos. La foto que aparece a continuación es de la cubierta del libro que yo he leído, editado por Alianza en 1992. Aunque en la actualidad, ya no es editado por Alianza, sino que ahora es Tusquets la que posee los derechos de edición de la obra de Sciascia. Así que, puedo decir que la edición de mi buena compañera es "histórica".

                           

L. Sciascia (1921-1989), de origen siciliano, fue maestro y periodista además de escritor. Entendió la literatura como una forma de denunciar la corrupción política y la violencia mafiosa en el sur de Italia. Sus libros reflejan el comportamiento de la sociedad que le rodea ante el fenómeno de la mafia. Nos muestran una sociedad prudente, cautelosa ante lo que ve, respetuosa de las tradiciones. Una sociedad en la que cualquier pequeña variación, cualquier despiste en alguna de las actividades cotidianas puede ser motivo de complicaciones.

Un anónimo. Una carta con amenaza de muerte es el inicio de ésta pequeña novela. La enigmática sentencia de muerte contra el farmacéutico de una pequeña localidad siciliana no solo es cumplida de forma expeditiva, sino que salpica a otro ilustre personaje de la misma localidad, el doctor. La muerte de ambos se pierde en un páramo de habladurías y rumores entre los lugareños de forma que en pocos días la policía languidece en sus tareas de investigación.

Dichos rumores, que acusaban al farmacéutico de adúltero y ponían al doctor como víctima en un ajuste de cuentas, se perfilan como la tesis más probable para resolver el asesinato. A partir de ese momento, Sciascia traslada la tensión investigadora a un personaje a priori objetivo, que no persigue nada en concreto sino satisfacer ciertas curiosidades o, por qué no decirlo, matar el tiempo. El profesor Laurana, un docente maduro, soltero, de aficiones conocidas, amigo de los difuntos, descubre pequeños detalles sobre el asesinato que le llevan a entender el trágico suceso desde otro punto de vista.

No es posible pensar en Laurana como un trasunto de investigador privado, una especie de Hércules Poirot ni nada por el estilo. Más bien su antítesis. Laurana se va encontrando con pedacitos de una historia para él desconocida. El azar es el causante de que sea Laurana y no otro conozca de estos jirones. Su agudeza para descubrir la trama de este asunto, es el pegamento de una historia de amor prohibido y corrupción política.

Los elementos conducentes a la resolución de un crimen que se presenta con carácter de misterio y gratuidad son la confidencia digamos profesional, la delación anónima o la casualidad. Y un poco, solo un poco, la agudeza de los investigadores. La casualidad para el profesor Laurana, saltó en Palermo, en septiembre...

Sciascia utiliza al profesor Laurana para abrirnos los ojos y mostrarnos la realidad del problema. Por debajo de todo el relato siempre está presente un factor que pasa inadvertido para el lector poco minucioso. Una mano negra mueve a su antojo los hilos de un destino predeterminado. Se nota pero no se ve: la mafia. Laurana deja su objetividad para convertirse en una pieza más de la historia. Pasa de ser un observador inocente e inocuo, a ser un actor impaciente, presa de sus pasiones. Y eso tampoco pasa desapercibido para la mafia.

A cada cual lo suyo encierra en su propio título el mensaje que el autor quiere transmitir al lector. Nada es lo que parece ser en una sociedad minada por dentro. Nadie es cómo dice ser y guarda entre sus pensamientos las pasiones que alimenta cada día. Nadie pregunta, nadie sabe nada.

He de confesar que me ha sido difícil redactar esta reseña. Además de ser la primera obra que he leído de Sciascia, es difícil no poner sobre la mesa todos argumentos de la novela sin desvelar la intriga que la mantiene. Es un relato vibrante, genial, mordaz... brillante, en una palabra. Una novela negra sin pretensiones, directa, sin abusar de clichés ni estereotipos. La realidad siempre supera a la ficción debió pensar Sciascia cuando escribió A cada cual lo suyo.


Gracias a Pilar por descubrirme a L.S.

Publicado por Carlos Masó   

Legado en los huesos, de Dolores Redondo


Dicen que segundas partes (o terceras, o cuartas) nunca fueron buenas. Pero todos hemos encontrado una de esas continuaciones que merecen la pena. Legado en los huesos es una de ellas. Dolores Redondo continúa la trilogía del Baztán de la mejor manera posible. El guardián invisible deja con ganas de más, y Legado en los huesos cumple de sobras con las expectativas. 

El caso del Basajaun quedó cerrado, pero el juicio al asesino que intentó imitar dichos crímenes todavía no se ha celebrado. Este es el inicio del libro, ese juicio que en realidad no llega a celebrarse porque el acusado se suicida en los baños del juzgado dejando una nota para la inspectora Amaia Salazar, protagonista de la saga. El mensaje es algo extraño, ya que se trata de una sola palabra: “Tarttalo”. Lo que parece un suicidio aislado, en realidad es sólo uno más de los que van a tener lugar, todos ellos con el mismo mensaje. Además, se le asigna otra investigación a Amaia: la de una serie de profanaciones a una iglesia del valle del Baztán. 

De nuevo, en este volumen vuelven a mezclarse la magia de las leyendas del valle navarro, y la vida personal de Amaia y su familia. Como punto fuerte de la novela, destacar las descripciones (son de quitarse el sombrero), ni se hacen pesadas ni te dejan con la sensación de que falta algo. La autora tiene un don para la descripción, es capaz de meterte dentro de los bosques y de hacerte sentir lo que están viviendo sus personajes. Otra cosa que también ha mejorado mucho son éstos precisamente. Ya conocíamos a Amaia, James, la tía Engrasi, las hermanas Ros y Flora, y los compañeros de trabajo de la inspectora, pero es ahora cuando se aprecian los verdaderos lazos que los unen y cómo son las relaciones que se dan entre ellos. Siento que en este tipo de novelas que continúan, es preciso profundizar en los personajes, no quedarnos sólo con el caso que se ha de resolver. Amaia es un personaje complejo, con dos partes muy diferenciadas: la parte familiar y la parte policía, dos partes que en ocasiones le traen quebraderos de cabeza ya que son difíciles de compaginar. Es algo que Dolores Redondo ha sido capaz de reflejar muy bien en el libro y es entonces cuando te das cuenta de que el personaje es real. 

En mi opinión, Legado en los huesos ha superado al primer volumen de la trilogía: los casos a resolver (aparentemente inconexos) me han llamado mucho la atención y me han tenido en vilo hasta el final, y el acierto de profundizar en la historia familiar de Amaia le da un toque que hace que se salga de la típica novela negra. Estos dos puntos son cruciales para engancharte y no poder soltar el libro hasta la última página. 

La espera de Legado en los huesos se me ha hecho larga, pero tal y como ha quedado esta entrega, la espera del final de la trilogía, se me va a hacer aún más larga.

Publicado por Claudia Pina   

Los reyes de lo cool, de Don Winslow


Esta es mi primera vez con Don Winslow pero tengo pensado repetir. Este autor estadounidense es muy reconocido dentro de las novelas de crímenes y misterio, aunque a mí se me escapaba. He empezado con Los reyes de lo cool, su última obra del año 2012, que viene a ser la precuela de otra novela que escribió anteriormente (Salvajes, en 2010 y que Oliver Stone llevó al cine en 2012). 

Los reyes de lo cool nos cuenta la historia de Ben, Chon y O (Ophelia) en el año 2005. Estos tres amigos viven a tope en Laguna Beach, al sur de California. Ben es el pacifista del grupo, Chon es miembro de las fuerzas especiales del ejército, y O es su chica multiorgásmica a la que ellos quieren por encima de todo. En su última misión en Afganistán, Chon vuelve a casa con una semilla de Viuda Blanca (cannabis del bueno, cargado de THC) para venderla, y a partir de ahí es cuando empiezan los problemas. Realmente el negocio no es la droga como tal, sino controlar el sitio y a los que venden allí. Si no pagas el derecho a vender, estás muerto. Y Ben y Chon, no tienen ninguna intención de pagar a nadie ni de dejarse chantajear. 

A su vez, dentro de la novela, nos remontamos a los 70, también en Laguna Beach, pero con otros personajes, que son los que llevaban el negocio de la droga de aquella época. Ambos tiempos se intercalarán para llegar a un desenlace donde todo confluye. 

Se trata de una novela actual, con temas tan recurrentes como policías corruptos sin moral con afán de ascender y de hacer dinero fácil; el tráfico de drogas; las mafias que se montan a raíz de ello; y las vidas de los jóvenes que viven por y para la droga. 

Como curiosidades de la novela, la primera de todas fue el inicio del primer capítulo. Constaba de una sola frase en medio de una hoja: “Que me jodan”. El vocabulario resulta peculiar, especialmente cuando habla O, ya que es partidaria de hablar con siglas, y que personalmente me ha hecho retroceder hojas del libro para saber a qué se refería. Muchos son capítulos muy cortos, excesivamente cortos en ocasiones, y eso hace que pierdas el hilo y no llegues a conectar bien con lo que te están contando, especialmente al principio.

Admito que me costó engancharme, pero conforme el libro va avanzando mejora, el ritmo acelera convirtiéndose en algo casi vertiginoso, y los capítulos empiezan a hilarse, tanto los que pertenecen al presente como los que hablan de la época anterior. 

Finalmente se me ha quedado un muy buen sabor de boca, tanto, que quiero leer Salvajes, para saber qué ha sido de estos carismáticos personajes. Y luego veré la película, que tiene buenas críticas.

Publicado por Claudia Pina   

Clara y la penumbra, de José Carlos Somoza

Clara y la penumbra

Cuando escribí mi anterior reseña, fantaseaba con que actuase como cebo para ésta. Clara y la penumbra (Planeta) es la primera novela de José Carlos Somoza que cayó en mis manos, para convertirse desde entonces en uno de mis autores preferidos, y eso que me lo tropecé por vez primera en una penosa edición de bolsillo en el aeropuerto de Bruselas, cuando necesitaba imperiosamente que dejase de llover para volver a casa. 

Comienza con una cita de Rilke "Lo bello no es más que el comienzo de lo terrible", y termina en el hermoso pero inquietante cuadro de Rembrant "Susana en el baño, o Susana y los viejos" que recoge el relato bíblico de acuerdo con el Libro de Daniel.

A mitad de camino entre la ciencia ficción y el género policíaco, presenta con elegancia, sensualidad y misterio la historia de un mundo en el que el arte ha dado un paso más allá y los seres humanos son el lienzo del arte hiperdramático.

El uso de las personas, la belleza como negocio, el poder sin límites, y la obra de Rembrant se mezclan con maestría en una novela que te afecta en dos planos diferentes, mientras lees quieres avanzar en la trama, descubrir al asesino, temes por Clara... pero cuando cierras el libro son otras y muy diferentes cuestiones las que te asaltan. ¿Realmente ese mundo es el futuro o ya está aquí?

Publicado por Pilar Vaquero   

El cebo, de José Carlos Somoza



"Todo el mundo es un escenario y los hombres y las mujeres, meros actores." W.Shakespeare 


Con esta cita comienza El cebo (Plaza y Janés), donde José Carlos Somoza, demuestra una vez más que la intriga, la muerte, los escenarios oscuros y barrocos y las grandes protagonistas femeninas no son patrimonio nórdico. 

El guiño a Shakespeare no se agota en esta cita, ni en las que encabezan cada capítulo de esta novela a mitad de camino entre el thriller futurista y la novela negra por buscarle un encaje, sino que se funde con la trama de forma indivisible, de modo que la mejor guía de lectura son sin duda las obras completas del genio británico (o en su defecto Wikipedia).

Un futuro cercano, una mujer fuerte, valiente pero con una faceta oscura; un asesino en serie, y una novísima forma de lucha contra el crimen basada en dar al asesino lo que desea.

Más allá de la trama y como sucedía en Clara y la penumbra, cuando cierras el libro además del regusto de la historia una duda inquieta se cuela en tus pensamientos, en este caso ¿realmente hay algo nuevo bajo el sol tras el estudio de la naturaleza humana que nos regaló Shakespeare? ¿realmente somos tan distintos como nos creemos?

Publicado por Pilar Vaquero